Andando el camino

Muchas veces, el dolor, te acorrala sin tregua

Lastimando cada fibra de tu vida.

Sufres culpa, sufres miedo, sufres incomprensión.

Debes sobreponerte y demostrarle quien manda.

Acepta que vino a ti por tus propias elecciones...

Y al momento de elegir, hoy...

No busques esquivarlo, enfréntalo,

Véncelo y libérate.

El poder y la luz para ello se hallan contigo ya

Solo debes dejarlos salir.

Es un largo camino, sin retorno.

Lleno de altibajos, de mesetas, de obstáculos...

Un camino que solo tu puedes transitar,

Sin embargo, no es necesario hacerlo en soledad.

Fíjate bien quienes son tus compañeros de viaje,

Mira más allá...

Si alguien te dice que no es posible,

que el camino es demasiado arriesgado...

Sonríe y aléjate, esa persona no quiere tu bien,

Simplemente envidia tus logros.

Tiene tanta mediocridad en su conciencia

que desea verte revolcado para luego,

tenderte una falsa mano amiga.

Confía en ti...

Y aprende a reconocer a quienes te ayudan,

Es fácil.

Observa a tu alrededor con disimulo:

Verás algunas personas que son más fuertes (se les nota)

Y que sin embargo, andan detrás de ti, o se adelantan

Y te esperan fingiendo estar cansados.

Ellos no esperan nada de ti, te ayudan porque quieren,

Te protegen porque han visto una luz diferente en tus ojos.

Muchas veces te colocan pruebas

para que tomes mayor confianza,

Y tu no las entiendes...

Te enojas, sufres, maldices.

Entonces, estos seres se alejan dejándote en libertad,

Siendo acechado por harpías, hienas y coyotes

Disfrazados de corderos, tu

te crees poderoso, un tiempo,

hasta que nuevamente tus falsos amigos te abandonan...

Solo.

En la oscuridad del sendero lloras y reniegas del destino.

Por fin, cansado, gritas pidiendo ayuda.

Aquellos que siempre quisieron protegerte te escuchan y regresan

O te dejan pistas para que puedas alcanzarlos.

Los que están más atrás aceleran el paso

y fingen sorpresa al encontrarte.

Si has aprendido a observar, veras que en realidad,

Nunca estuviste solo.

Ellos estaban, las señales, los mensajes,

Pero tu no los veías,

Ciego de poder, trastabillabas en tu arrogancia.

Ellos no pueden caminar el camino por ti, lo saben.

Tampoco pueden pedirte nada a cambio de su ayuda.

Su pilar es la sinceridad y la confianza en que tarde o temprano

Tu alma, cansada de sufrir, se dará cuenta.

Ofréceles, entonces, lo que puedas...

Pero no los engañes ni te engañes.

Si es amor lo que puedes dar, dalo con honestidad

Y no esperes ser recompensado por ello.

Hay que sufrir a causa de las malas elecciones

que te desviaron del sendero.

Atajos propuestos por gente perversa que parecían ayudarte,

hoy te han desorientado.

No sabes que hacer y desconfías de todos.

Reconoce tus fallas, tus carencias,

Desanda el camino y fíjate que es lo que no has aprendido.

Te advierto: sufrirás!!

Sin embargo, eso te permitirá entender a los demás

Y liberarte.

El camino está de nuevo frente a ti:

¡Elige!

Y date la oportunidad de transitarlo en paz y alegría

Con las personas que realmente desean tu bien.