Al artista

Cierta vez leí que un verdadero escritor odia escribir, le escapa, le teme... y solo escribe cuando ya es imposible seguir esquivando las ideas que se agolpan en su mente. Si quiere escribir, simplemente no podrá, debe no querer hacerlo para que el milagro suceda. Sus sentimientos deben estar arremolinados y en ebullición, su indignación por las nubes, un gran dolor en su pecho, o el amor en su puerta. De lo contrario ni una letra saldrá bien escrita.
Lo he comprobado en mi, que lejos de ser un verdadero escritor, solo trastabillo frases como puedo. Cada vez que me obligo a escribir, solo sale basura. Quizás buena para otros, asquerosa para mi.
Escribo lo que me gustaría leer, escribo lo que necesito escuchar, escribo lo que me molesta, escribo lo que me desborda... escribo para mi.
Es un acto egoísta. Es una descarga, es una placentera necesidad.
Intuyo que algo similar le sucede al escultor, al pintor, al músico.... cualquiera que exija a su inspiración que se manifieste, se sentirá frustrado.
Afortunadamente la musa misteriosa decide cuando aparecer, y cuando no...somos pinceles en la mano de algo que nos pinta, somos instrumentos de algo que nos toca, somos el sueño de algo que nos sueña... pero somos tan reales como decidamos serlo.
Si no te sucede, lo siento...
Por mas esfuerzo que hagas, no serás capaz de comprenderlo.