De tanto andar por la cornisa
tal vez un día pueda caer.
De tanto confiarme
de mi suerte y mis conquistas, en la percha de un bar
termine después.
De no aceptar el oficio de santo,
y por reírme de tu tonta canción de amor,
de no transar ni con el cielo ni el infierno,
tal vez confisquen mi corazón.
¿Y quién compartirá mi desconsuelo?
¿Y mi destierro de civilización?
Quizás muera odiándote y entendiéndote a la vez,
que de tanto que pude haber hecho por vos,
entregues mi alma, al mejor postor.
De tanto jugar a la cigarra,
tal vez me sorprenda el invierno,
de tanto fiarme de tener
alguien siempre a mano, sin pan y sin torta,
la fiesta termine después.
Y uno recoge lo que siembra, dicen,
y es peligroso el barco sin timón,
pero quien ponga manos en este juicio,
nunca sabrá, que satisfecho
el ganso murió.
el ganso murió.
¿Y quién compartirá mi desconsuelo?
¿Y mi destierro de civilización?
Quizás muera odiándote y entendiéndote a la vez,
que de tanto que pude haber hecho por vos,
entregues mi alma, al mejor postor.
La Renga
No hay comentarios:
Publicar un comentario