Descubriendo el vacío

Leyendo un poco de todo y como siempre que alguien pregunta algo, la respuesta llegó a mi a través de un verso del Tao Te King.
El vacío.
¿Quién no ha experimentado esa sensación de nada adentro suyo?
¿Quién no ha pedido que ese vacío desaparezca?
¿Quién no ha sufrido por ese agujero intentando llenarlo, sin éxito?

La sabiduría oriental rezaba:
“Es el vacío que hay en el interior de las vasijas lo que hace que las vasijas puedan utilizarse”

Una vez mas, la simpleza ocultaba una gran verdad. Fue como si una nube se apartara de mis ojos y viera lo que siempre había estado allí.
No servimos si estamos llenos, la única forma en que somos útiles es estando vacíos como una vasija, permitiendo que los sentimientos nos invadan, y se vayan...
que los deseos nos colmen y se vayan...
que el amor nos llene y se vaya...
el eterno ir y venir de las mareas, de las experiencias...
el incesante cambio del mundo.

Ese fluir del que tanto se habló a lo largo de la historia, la concentración y la relajación.
Estamos hechos para ser llenados y vaciados, si estuviésemos llenos, no habria mas nada que hacer y terminaríamos estancándonos.
Nos volveríamos inservibles y pediríamos la muerte.
Debemos estar vacíos.

Aunque aparentemente sea terrible, desde una perspectiva diferente,

es asombrosamente... perfecto.
Tenemos la capacidad de contener cualquier cosa que deseemos, es el hueco en nuestro corazón lo que permite que seamos útiles al mundo, a los demás, a nosotros mismos.

El vacío que tanto dolor me provocaba,
Ahora toma un nuevo sentido.
Llenarse y vaciarse, ir y venir, respirar y exhalar, vivir y morir...
Cambio constante, sin cambiar en realidad.

Somos vasijas, somos huecos, somos necesarios y somos útiles,
Ese vacío, es la causa, no del sufrimiento, sino del movimiento.

Vaciémonos,
Y el mundo nos llenará.
Solo para volver a vaciarnos...