Investigando en mis recuerdos me topé con una noche en la montaña...
La tarde estaba cayendo al comenzar el camino,
Despreocupados andábamos rumbo a la cima.
Al llegar, un valle ocupó nuestra visión,
Y un pueblo a lo lejos, pequeño, insignificante...
Nosotros imponentes en la cumbre.
El sol satisfecho por el día decidió ocultarse ,
En su lugar nos cubrió un desorganizado manto de brillantes.
Magnífico espectáculo.
¿Cómo no sentirse parte de algo más importante en esas condiciones?
¿Qué distinto se ve el mundo desde allí?
La noche nos arropó con sus estrellas y debimos emprender el regreso.
El sendero era angosto, no muy difícil
Pero a oscuras.
Ni una luz para alumbrar nuestros pasos
Habíamos subido por el mismo sitio,
Nadie prestó la menor atención a los detalles...
Silencio, sombra y tropezones.
Un mágico descenso entre la oscuridad del bosque cuyas criaturas nos saludaban al pasar...
Nos vimos obligados a bajar en grupos,
Ningún valiente dijo bajo solo.
Unidos caminamos hacia abajo...
Nunca había estado a oscuras bajando una montaña...
A pesar de nuestras voces, el silencio era total...
Hoy lo recuerdo con alegría.
No se por que...
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