“No puedes controlar el mundo…”
Aquella frase reverberó en mi cabeza por varios días. Nunca supe bien en donde la había escuchado y tampoco me importa demasiado quien fue su autor aunque si su contenido.
Es cierto, pensé, no puedo controlar el mundo pero... ¿Puedo controlarme a mi mismo?
¿Puedo decir que no a la comida cuando cientos de células en mi organismo solicitan alimento? ¿Puedo decirle que no a mi cerebro cuando reclame sus necesarias horas de sueño? ¿Soy capaz de soportar situaciones de injusticia, desagrado y maldad sin inmutar ni una sola fibra de mi ser? ¿Poseo la capacidad de acallar a mi mente a voluntad?
Abatido ante tales preguntas que ametrallaban mi autoestima debilitada y cuya aburrida y única respuesta era no, comencé a reír recordando las ambiciones del ser humano.
Queremos, como especie, controlar la naturaleza, crear vida artificial, dominar a nuestro entorno.... y tristemente somos incapaces de controlar al menos el parpadeo de nuestros ojos o el simple ritmo de nuestro corazón....
Mientras tanto, el sol se muere... y los ríos.... y los bosques... y el agua se vuelve turbia... y el aire se torna raro... y nosotros... simples mortales.... creemos dominar el planeta...
¿Qué será, será....? pues lo que será.. será...
1 comentario:
este tmb esta bueno!! ( no t creas q me puse a leer tu blog asi todo d una eh) je
Publicar un comentario