Muchas cosas me dijeron

Cierta vez me dijeron que la vida es un duro camino, que hay que esforzarse para conseguir las cosas…
No quise escuchar, pienso distinto.
Me impusieron los supuestos de que estudiando iba a tener todo lo que deseara porque iba a ser Alguien, que sin un titulo no soy nada...
Estudio porque me gusta, el titulo no me cambia, si soy un mediocre sin titulo también lo seré con titulo y viceversa.
Me comentaron también que no es posible hacer lo que me gusta sino que debo hacer lo que debo...
Ante mi pregunta: ¿Lo que debo según quien?, no supieron responderme.
Me dijeron que la felicidad era inalcanzable...
No les creí.
Que el amor es peligroso, que duele y lastima...
Ese es un tipo de amor, yo prefiero el otro, el Amor con mayúscula, el que transforma vidas e impulsa a los valientes a desafiarse uno al otro, amándose mientras cambian.
Que los amigos verdaderos se ven solo en las malas...
Reí para adentro, no conocen a mis amigos. Si tengo que esperar a una mala situación para valorar a mis amigos, no merezco tenerlos, quiero compartir mi felicidad con ellos no solo usarlos de bastón.
Que el país siempre fue igual y nunca va a cambiar...
Y no, partiendo de esa base, no, susurré, cansado de escuchar idioteces.
Que los ricos son ricos y los pobres, pobres...
Solo hasta que se deciden a ser ricos en serio y cambian las cosas, objeté.
Que los idealistas no tienen futuro...
Pobres mentes, reflexioné, para mi quienes ponen sus ideales ante todo son quienes lo crean.
Que son pocos los que triunfan en la vida y que si lo hacen es porque tuvieron mucha suerte...
La suerte es el pretexto de los fracasados, pensé.
Me dijeron también que no me encariñe mucho con las cosas porque podrían robármelas y sufriría...
Y bueno, sufriré entonces, pero más voy a sufrir si les hago caso.
Me explicaron que era necesario aprender un montón de datos para ser un mejor esclavo, perdón, quise decir profesional...
A pesar de todo, sigo pensando que hay cosas mucho mas útiles para aprender que no se enseñan aun en las facultades.
Me enseñaron que siempre hay que resignarse...
Una estupidez. Hay que aceptar, no resignarse.
Que no tengo poder...
Me callé por respeto, porque siempre tengo el poder de elegir.
Que las cosas no cambian...
¿No será que no lo intentan?, pregunté sin ánimos de ofender.
Que vaya a lo seguro...
Es bueno estabilizarse en lo seguro pero termina aburriendo, lo nuevo está esperando, no puedo negarme, además, ¿Quién esta en condiciones de asegurar algo?
Etcétera, etcétera, etcétera...

Y así voy, discutiendo internamente con mandatos, con creencias estancadas que me frenan el camino, hábilmente seducido por la hermosa actitud de enfrentarme a lo que sea. Siempre habrá tiempo para quedarme sentado y esperar, solo yendo hacia delante se puede saber que me espera tras la nueva puerta que se abre. Si no me gusta lo que hay, conozco el camino de regreso a lo conocido pero también puedo desafiarme a descubrir los secretos de lo nuevo y dejar que lo aprendido se haga parte de mi alma, o al menos, Intentarlo...