¿Cómo cambiaría nuestra visión del mundo si en vez de vivir sobreviviendo sin un sentido alguien nos dijera que hemos elegido nacer aquí?
¿Cómo nos afectaría la idea de que la muerte no existe tal y como la entendemos sino que solo se trata de un cambio en el estado de conciencia en relación al tiempo?
¿Y si la única forma de aprender sobre una experiencia en particular consiste en concentrarnos por completo en ella al punto tal de olvidar todos los otros aspectos de nuestro ser?
¿Cómo entenderíamos la vida si no se tratara de perpetuar la especie y dejar una marca para que nuestra existencia haya tenido algún sentido sino que se tratara de aprender sobre las vivencias que elegimos tener?
¿Qué pasaría si no fuéramos autómatas domesticados limitados por la idea de que somos impotentes e indefensos frente al mundo y en su lugar fuésemos los mismísimos creadores de todo lo que nos sucede?
¿Cómo cambiaría nuestro trato con los demás si en vez de verlos como enemigos o competencia los viéramos como gente que tiene algo que enseñarnos y que a su vez nosotros tenemos un mensaje para ellos que es imposible de transmitir mientras no nos animemos a mostrarnos tal y como somos?
¿Qué pasaría si alguien nos dijera que todo, todo, todo lo que ocurre acontece por una razón y que la sal de la vida no radica en evitar hechos desafortunados sino en intentar comprender a donde nos conduce cada nueva experiencia?
¿Qué ocurriría si cambiáramos la forma de ver...?
¿Cómo nos afectaría la idea de que la muerte no existe tal y como la entendemos sino que solo se trata de un cambio en el estado de conciencia en relación al tiempo?
¿Y si la única forma de aprender sobre una experiencia en particular consiste en concentrarnos por completo en ella al punto tal de olvidar todos los otros aspectos de nuestro ser?
¿Cómo entenderíamos la vida si no se tratara de perpetuar la especie y dejar una marca para que nuestra existencia haya tenido algún sentido sino que se tratara de aprender sobre las vivencias que elegimos tener?
¿Qué pasaría si no fuéramos autómatas domesticados limitados por la idea de que somos impotentes e indefensos frente al mundo y en su lugar fuésemos los mismísimos creadores de todo lo que nos sucede?
¿Cómo cambiaría nuestro trato con los demás si en vez de verlos como enemigos o competencia los viéramos como gente que tiene algo que enseñarnos y que a su vez nosotros tenemos un mensaje para ellos que es imposible de transmitir mientras no nos animemos a mostrarnos tal y como somos?
¿Qué pasaría si alguien nos dijera que todo, todo, todo lo que ocurre acontece por una razón y que la sal de la vida no radica en evitar hechos desafortunados sino en intentar comprender a donde nos conduce cada nueva experiencia?
¿Qué ocurriría si cambiáramos la forma de ver...?
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