Acepto mi condición.
Acepto mi sufrimiento.
Acepto mis recompensas.
Miraré al pasado hasta hallar la causa del sufrimiento presente,
soportaré las consecuencias por mis acciones y luego
miraré hacia el futuro a fin de no caer en el mismo error,
buscando siempre ser mejor de lo que era ayer.
Pero también disfrutaré de lo que haya sembrado,
me corresponde.
Todo lo que me sucede me lo merezco,
lo bueno y lo malo.
Aunque me cuesta, se que no tengo de que quejarme.
Siempre elegí.
Y seguiré haciéndolo,
porque me considero:
LIBRE.
1 comentario:
y la libertad no tiene precio
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